El
Trastorno afectivo bipolar es una enfermedad mental que afecta entre el
uno y el dos por ciento de la población. Comienza en la adolescencia o
en la adultez temprana y continúa durante toda la vida. Lamentablemente,
en promedio hay una demora de ocho años antes de que un médico haga el
diagnóstico, tiempo suficiente para una cantidad considerable de
sufrimiento y complicaciones. Porque aunque no existe una cura conocida,
se puede tratar con medicamentos y psicoterapia, que permiten a estas
personas tener una vida productiva y satisfactoria
Se
piensa que el trastorno bipolar es causado por un desequilibrio químico
en el cerebro, que afecta la forma en que se comunican las neuronas.
Sin embargo, la causa exacta del trastorno bipolar no se conoce
completamente. Se da más en ciertas familias, lo que sugiere que la
herencia está involucrada.
Este
trastorno mental implica cambios extremos en el estado de ánimo que van
más allá de los altibajos experimentados por alguien sin el trastorno.
Por lo general, hay períodos de estabilidad entre los episodios de manía
o depresión y alguien con trastorno puede permanecer bien durante
muchos años.
Los
síntomas de la fase maníaca incluyen sentirse demasiado feliz o
emocionado, incluso si las cosas no están bien, estar lleno de ideas
nuevas y emocionantes, pasar rápidamente de una idea a otra, escuchar
voces que otras personas no pueden oír, estar muy irritable, sentirse
mucho mejor de lo normal, hablar muy rápido saltando de una idea a otra,
distraerse fácilmente, no poder dormir, o sentir que no quiere dormir,
pensar que puede hacer mucho más de lo que realmente es capaz, tomar
decisiones inusuales o grandiosas sin la suficiente reflexión y hacer
cosas que normalmente no se deberían hacer y que pueden causar
problemas, tales como gastar gran cantidad de dinero, tener relaciones
sexuales frecuentes con diferentes personas, consumir drogas y alcohol o
tomar decisiones imprudentes.
La hipomanía es como la manía, pero con síntomas más leves.
Los
síntomas de la fase depresiva incluyen mal humor, sensación de
cansancio permanente, desespero, culpabilidad, baja autoestima, poco
interés en las cosas que normalmente le gustaba hacer, no disfrutar del
trabajo, dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones,
inquietud e irritabilidad, sentir que no puede dormir, cambios en el
apetito, pérdida o aumento de peso sin proponérselo, desear la muerte o
intentar suicidarse.
Durante
un episodio grave de manía o depresión pueden ocurrir síntomas
psicóticos. Los síntomas de la psicosis son alucinaciones, es decir,
escuchar, ver o sentir cosas que no existen y delirios como creer cosas
que no son verdad. Por ejemplo, si se tiene un episodio maníaco, la
persona puede creer que tiene poderes especiales o que lo están
vigilando. Si tiene un episodio depresivo, puede sentirse muy culpable
por algo que está convencido que ha hecho mal, sentir que es la peor
persona del mundo o incluso sentir que no existe.
¿Pero cuáles son los desafíos que enfrentan los empleados con trastorno bipolar en el lugar de trabajo?
Entre
las dificultades que afrontan los trabajadores con trastorno bipolar se
encuentran no poder controlar la sensación de inseguridad, estar
concentrado, manejar la presión del tiempo y los plazos para terminar
las tareas encomendadas, la dificultad para interactuar con compañeros y
jefes, responder a los comentarios negativos, superar problemas que
surgen de manera inesperada o el querer asumir demasiadas
responsabilidades.
Mantener
este trastorno en secreto es difícil. Obviamente, la gente nota que
algo no está bien: se observa a la persona demasiado emotiva y sensible,
exageradamente apasionada o con altibajos en su estado de ánimo.
Cuando
se conoce el diagnóstico, algunos jefes y compañeros son solidarios y
el trato es normal. Otros tratan de ayudar, pero terminan por hacer
sentir incómodo al preguntar con frecuencia y expresión de lástima ¿cómo
estás? También están los que no entienden el asunto, son intolerantes
ante la más mínima dificultad o hacen bromas sobre el tema o los que
sienten miedo de acercarse a la persona, y lo evitan a veces de manera
muy evidente.
Se
sabe que el trastorno bipolar no necesariamente afecta la carrera
laboral de un empleado. Una investigación realizada en la Universidad de
Boston muestra que el 73% de los profesionales diagnosticados
previamente con un trastorno bipolar pueden mantener un empleo de tiempo
completo sin inconvenientes. De hecho, para muchos, el trabajo es un
factor que ayuda a estabilizar los cambios en el afecto.
Un
aspecto que lleva a una mayor pérdida de días de trabajo es la
dificultad para el diagnóstico. A menudo, una persona puede presentar
solo síntomas de depresión inicialmente. Los expertos sugieren que en el
sitio de trabajo se debería descartar la posibilidad de que un episodio
depresivo se deba a trastorno bipolar. Cuanto antes se haga un
diagnóstico certero, más rápido podrá recibir el tratamiento adecuado y
emprender el camino hacia la recuperación.
La
empresa puede apoyar a sus trabajadores con trastorno bipolar al
incrementar la conciencia y los conocimientos del personal sobre el
trastorno bipolar, animar a jefes y empleados a hablar antes de que
surja algún problema, tomar medidas para combatir el estrés en el
trabajo, proporcionar períodos de permiso mientras se hacen reajustes en
los medicamentos, planear un retorno positivo al trabajo después de
períodos de ausencia y concertar con el empleado posibles ajustes
razonables en sus labores.
¿Qué hacer con empleados que tengan este trastorno?
Lo
primero es tener en cuenta de lo que no se debe hacer: no involucrarse
en discusiones o peleas con el empleado o compañero de trabajo. Esta
puede ser la recomendación más difícil de todas. Lo que generalmente
funciona es una combinación de escucha y apoyo.
La segunda cosa es no dejarlo solo ni aislarlo. Que tenga a alguien a quien recurrir o en quien confiar.
En tercer lugar, aprender sobre el trastorno bipolar y su manejo y remitir a tratamiento especializado.
No
hay que olvidar que el diagnóstico precoz y tratamiento temprano son
fundamentales para mantenerse en el empleo. Una combinación de
medicamentos, ayuda profesional, apoyo familiar y de los compañeros y
jefes, ayuda a estabilizar las emociones y comportamiento.
De
acuerdo con la Ley, el usuario de servicios de salud tiene derechos y
deberes y en este caso el paciente debe seguir el tratamiento que se le
indica. En caso de que el trastorno sea tan grave que no esté en
posibilidad de tomar la decisión, la deben tomar, con asesoría médica,
los papás, la familia, acudientes, según el caso.
Semana. (Abril 26/2016) Cómo ayudar a un enfermo con trastorno bipolar en la oficina. Recuperado de https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/jose-a-posada-villa-explica-como-lidiar-el-transtorno-bipolar-en-la-oficina/565066
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